MIRANDO AL ORIENTE: NO SOLO COREA.
Apuntes de la visita en Corea del Sur. Perspectivas de desarrollo del "Proyecto para el Asia”.
MIRANDO AL ORIENTE: NO SOLO COREA
Apuntes de la visita en Corea del Sur de Don Flavio Peloso, 14-19 de octubre de 2005.
Perspectivas de desarrollo del "Proyecto para el Asia”.
Llegamos al aeropuerto de Incheon, cerca de Seúl, a mediodía del 14 de octubre. Nos esperan Padre Stefan y el hno. Pedro, dos salesianos coreanos. Después de una parada en un pequeño restaurante para el almuerzo (muchas hortalizas, saladas, sabores muy varios y predominio de lo picante), somos acompañados a la Casa inspectorial de las Hermanas Salesianas.
Ya en el proyecto misionero del 1999, había sido programada la “apertura de la misión en Corea”. Con el vicario, Padre Enemesio Lazzaris y el cohermano Padre Bernardo Seo, coreano, hemos llegado a Corea con un objetivo exploratorio: tomar contactos, averiguar las posibilidades concretas de la apertura de una comunidad en Corea en el futuro próximo. La presencia en la Congregación de dos religiosos coreanos, (Bernardo Seo y Andrea Kim) hace oportuna y menos problemática la constitución de una comunidad en un nuevo país asiático, después de Filipinas e India.
Ya había visitado Corea en el 1996. Al obispo de Andong, Ignatius Pak Seok Hi , que nos abrió enseguida las puertas de su Diócesis, había dicho: "¡Hasta luego! Hasta dentro de algunos años, cuando tengamos religiosos coreanos" . Desaforadamente, aquel querido obispo, que estuvo también en la Curia a Roma, murió después de un par de años.
La Corea de hoy
Este viaje a Corea fue preparado por el P. Bernardo Seo que anteriormente visitó 8 diócesis, hablando con obispos y visitando instituciones religiosas.
Las visitas, las conversaciones y los contactos nos han mostrado como esta sociedad sea original en su cultura y tradición e incluso cuánto sea fuerte la fusión de usos, costumbres y mentalidad, fruto de la mundialización a la que Corea está muy abierta.
Es vasto el fenómeno de inmigración y emigración por trabajo. El nivel de vida ha tenido un rápido crecimiento. Alrededor del trabajo y al comercio ha ido estructurándose la nueva sociedad coreana urbana. Vastas categorías populares padecen problemas típicos de una nación de alta industrialización.
Corea cuenta 47 millones de habitantes, los católicos son 4,5 millones, el 10%. La Iglesia coreana es fuerte, unida, bien organizada. En la sociedad hay mucha consideración de la Iglesia católica que es considerada factor de civilización, de progreso, de virtudes sociales (honestidad) justicia, familia, dignidad de la mujer, etcétera, Decir 'católico' constituye una tarjeta de crédito también en lo civil. El clero es estimado, querido por la gente. Las vocaciones son numerosas. La Iglesia es de impostación tradicional, ordenada, todavía en considerable crecimiento numérico. Tiene una estructura diocesano-parroquial muy compacta. Los religiosos son tenidos fuera por el pastoral de las parroquias. Desarrollan actividades de otro tipo: educativo, caritativo, espiritual. Son muy numerosas las Congregaciones femeninas; muy pocas las masculinas.
Acogidos por los Salesianos
Fraterno y cordial ha sido el encuentro con los Salesianos de Corea. Los Salesianos apenas han celebrado los 50 años de presencia constituyendo el Inspectoría autónoma con unos 120 religiosos, de los que casi la mitad son hermanos coadjutores. Las Salesianas son más de 200.
Nos recibe inspector, P. Pablo Hwang ; vuelvo a ver a distancia de 10 años al Padre Blanco y al Padre Facchinelli, ancianos ya, dos queridas y dulces figuras de misioneros. Hablo largamente con el inspector: “Hay necesidad de actividades educativas y caritativas. Las vocaciones vienen de las mismas actividades y contactos. El mensaje lanzado por Giovanni Paolo II a Corea y a los católicos asiáticos es que se prepare la evangelización de China."
Visito una casa salesiana donde conviven una veintena de seminaristas de teología - con ellos rezo vísperas y doy un pensamiento de "buenas noches" - y 60 chicos difíciles, (14-18 años), confiados por los servicios sociales, con programas educativos y de iniciación profesional. Respiro el típico clima de estas casas: disciplina, alegría y movimiento. Los Salesianos tienen varias casas de este tipo, solicitadas de las necesidades y del gobierno. "¿Por qué no abren obras parecidas, pero para los minusválidos que son completamente desatendidos"? sugiere el P. Hwang al despedirnos.
Uijeongbu: quizás se vuelva un nombre familiar
En los cinco días pasados en Corea hemos visitado tres obispos y algunas comunidades religiosas. El encuentro más significativo ha sido el realizado con Mons. Joseph Lee , Obispo de Uijeongbu, el 17 de octubre. Es un obispo muy gentil y simple, hombre de Dios, para el que en la pastoral, están primero los aspectos espirituales de los organizativos. Se habla coreano, con P. Bernardo que interpreta.
"En mi diócesis serán bienvenidos con tal que vivan como religiosos y para transformar a la gente y también el clero diocesano con la santidad de vida."
Le digo que nos ponemos a disposición dónde los pobres y los Obispos tienen más necesidad. “Indíquenos lo que su corazón de pastor ve más urgente y necesario."
"Cómo Jesús también yo les digo - el Obispo retoma -: "Vengan y vean", insértense, conozcan, ofrezcan lo que puede ser según vuestro carisma y la necesidad de la gente. Inicien pequeños, modestos, pero según el carisma evangélico."
El territorio de la diócesis es muy grande con una población de unos 3 millones, de los cuales 160.000 católicos. La diócesis ha sido constituida en junio de 2004. Comprende una vasta área al norte de la ciudad de Seúl, (11 millones de habitantes), y luego la zona agrícola hasta el confín con Corea del Norte. Hay 173 sacerdotes y 57 parroquias. No hay religiosos. Sólo dos pequeñas comunidades de Benedictinos y de Agustinos. Nos pide de dirigirnos sobre todo a la gente pobre que no accede a los bienes esenciales (comida, salud, instrucción, casa, etcétera) mientras que rebosan para los ricos de la gran ciudad. "Pero también a la zona rica hay que atenderla evangélicamente, aunque "armados" del Evangelio para no correr el riesgo de aburguesarse. Ustedes también podrían ir a ellos", todavía añade con pasión de pastor.
El Nuncio: señales de caridad entre Corea del Norte y Corea del Sur
El 19 de octubre, vamos a visitar al Nuncio Apostólico, arz. Emil Paul Tscherrig, suizo, que nos ha invitado para el almuerzo. Es un encuentro cordial y rico en informaciones e indicaciones para la apertura orionina al Oriente. El Nuncio anima una eventual apertura en la diócesis de Uijeongbu: "Es una diócesis nueva, con muchas necesidades, cerca del confín con Corea del Norte, es importante poner las señales de caridad. El Obispo es acogedor."
Sugiere de no hacer grandes obras, con la lógica de las instituciones sociales que ya hay, pero que dejan fuera grandes porciones de gente pobre, chicos desorientados, sin familia, discapacitados sin atenciones, inmigrados, servicios médicos inaccesibles a los pobres, y cosas parecidas. "Dedíquense más directamente a los pobres, a lo mejor con formas de ayuda móvil, en las casas y en los barrios necesitados (unidad médica de urgencias). Esta forma de apostolado permite el contacto apostólico con la gente y no aísla la Iglesia e instituciones. Y ustedes permanezcan pobres. El gran riesgo y problema del clero y también de los religiosos es el aburguesamiento. Luego todo se hace vano."
Son indicaciones que hacen vibrar el corazón de un Orionino.
El Nuncio, Mons. Tscherrig, estuvo durante 10 años en el Vaticano, organizador de los viajes papales. Tiene un gran recuerdo del obispo orionino Mons. Bronislaw Dabrowski, como hombre, como diplomático, como religioso santo.
Y luego Mongolia, y luego China
Cuando la conversación agotó sus contenidos específicos con respecto a la apertura en Corea, el Nuncio nos ha sorprendido: "¿Por qué no piensan en Mongolia? Es la última frontera en Asia; sólo hay 250 católicos."
Mongolia es una república independiente, 5 veces más grande que Italia y con 2,5 millones de habitantes. Durante la larga dictadura comunista (URSS) fueron destruidos monjes y monasterios. Pero ahora ha vuelto la libertad religiosa. "Allí hace falta ir con la fe y el trabajo - observa Mons. Tscherrig - Ustedes también tienen un Movimiento Laical. Hace falta hacer algo para aquella pobre gente: enseñar a trabajar, a producir, sustentar la artesanía".H abiendo sabido que soy de Vicenza, "capital de la joyería”, prosigue: Podrían llevar talleres, también de artesanía orfebre. Allá hay oro y, es llevado fuera por extranjeros y la gente queda en la miseria. Si hay algún empresario laico cristiano, puede hacer una empresa, desarrollar a aquella pobre gente y con vosotros encaminar una primera evangelización."
Con estas opiniones, el Nuncio pareció ya haber alcanzado la cumbre de su interés. Pero no fue todo. "Y luego Mongolia es una puerta hacia China. La Iglesia está mirando a la grande e inmensa China, actualmente está prohibida cualquier forma de propaganda y actividad religiosa. Pero se puede entrar para instalar iniciativas laicas educativas, de solidaridad social, productivas y así establecer los primeros contactos, conocer la gente y la cultura, testimoniar el cristianismo" . Nos informa que ya existen este tipo de iniciativas. En China se entra actualmente con los laicos.
No medallas sino oraciones por Vietnam
Por la tarde del 19, hemos tomado el avión hacia Manila. Allí, nuestra Congregación lleva presente desde hace 15 años con actividades y religiosos orionini en crecimiento. Hablaremos en otra ocasión. Ciertamente es que si la Providencia sigue sustentándonos, las Filipinas no serán el único país orionino de aquella área del extremo oriente asiático.
Para completar el cuadro de las perspectivas de la Congregación hacia Oriente, queda por decir algo de Vietnam, país conocido por los tristes hechos de guerra de décadas pasadas. Tenemos a un cohermano de Vietnam, P. Quan Dang. Desde hace un año, en la comunidad de Payatas, vive el Padre Joseph Ngujen, un sacerdote vietnamita que ha pedido de entrar en noviciado. Otro joven, Francis, es seminarista de filosofía en nuestro seminario de Montalbán. Otros jóvenes son seguidos en Vietnam por un sacerdote vietnamita que los ayuda en su vocación orionina. De vez en cuando P. Quan va a encontrarlos.
Cuando, volviendo a Europa, he sobrevolado Vietnam, no he podido "sembrar medallas de la Virgen ", como hizo don Orione para conquistar un lugar, pero he mandado al Cielo una oración y una bendición a aquella tierra… que un poco orionina ya lo es.