POR UN PRESENTE QUE TENGA FUTURO
Carta Circular del P. Flavio Peloso sobre la inculturación del carisma en una Congregación que cambia.
POR UN PRESENTE QUE TENGA FUTURO
La inculturación del carisma en una Congregación que cambia
29 de diciembre de 2011
Queridos cohermanos,
Deo gratias!
Escribo esta Carta circular una vez más desde el Eremo de San Alberto de Butrio, donde estoy compartiendo algunos días del tiempo de navidad con la comunidad de nuestros Ermitaños. Hay tiempo para rezar y para reflexionar, en el silencio y delante de Dios, sobre la vida personal y de la Congregación.
Pensando en la temática de la Carta, me vino a la mente el pedido de algunos Cohermanos, de desarrollar el tema de la inculturación de nuestro carisma en el mundo actual. [1]
El tema es grande y complejo. Es muy importante porque el carisma orionita, “nuestra razón y forma de ser en la Iglesia”, continuará en su camino de la historia si lograremos implantarlo, con fidelidad y creatividad al mismo tiempo, allí donde estamos y actuamos. Implantar el carisma en las diversas culturas fue el compromiso más que centenario de nuestra Congregación, a partir de la fundación y de las primeras misiones de Don Orione, en Brasil, Argentina, Uruguay, Polonia y, sucesivamente, en muchas otras naciones.
Nuestro carisma orionita es católico (universal) porque es evangélico. Y ya dio prueba de su catolicidad también existencial porque fue asumido por diversas categorías de personas (religiosos, sacerdotes, contemplativos, religiosas, laicos consagrados, asociados o individualmente), por diversos pueblos (unas treinta naciones) y atravesó diversas épocas y culturas de la historia. [2]
Esta obra de inculturación del carisma continúa. La misión de la Familia orionita será significativa y eficaz, y tendrá en consecuencia futuro, si logrará presentarse, al mismo tiempo fiel a sí misma pero también “como en casa” en el ambiente popular y cultural en el que se encuentra. Justamente por esto entiendo reflexionar con ustedes, queridos Cohermanos, sobre la inculturación del carisma orionita en el actual contexto histórico de la Congregación. Lo considero una tarea de urgencia extrema. La vitalidad de la Congregación en los diversos Países en los cuales está encarnada, depende de la buena síntesis vital entre fidelidad al carisma y adhesión al propio ambiente histórico-cultural.
UNA NUEVA Y GLOBAL INCULTURACIÓN DEL CARISMA
La cultura y la historia influyen en el carisma, determinan un diálogo y una nueva expresión, con dificultad y oportunidad, adaptaciones y cambios, renovación. Don Orione mismo, fiel a su carisma, enfrentó varias inculturaciones. En aquella Italia del florecimiento social (hasta 1914), él promovió sobre todo, escuelas, colonias agrícolas. Después, en el clima y en las condiciones de los años del fascismo (1922-1943), Don Orione y la Congregación se dirigieron en especial a los huérfanos, a los pobres, a las categorías de los más abandonados, surgieron los Pequeños Cottolengos. En la época sucesiva de la “reconstrucción social”, la Congregación se abrió a las emergencias del post-guerra con decenas de obras para huérfanos, mutilados y discapacitados, escuelas profesionales y casas del joven trabajador.
En fin, mirando la historia en Italia, resulta evidente que la Congregación permaneció fiel a su carisma renovándose según los tiempos y el contexto social.
Y hoy, ¿cómo está yendo la inculturación de nuestro carisma en el mundo?
Desde mi conocimiento de la Congregación, observo que en las diversas naciones, estamos llamados a una inculturación del carisma que más que nueva es también global, porque nuevos y globales son muchos aspectos del mundo de la economía, de las costumbres, de la cultura, de la política, de la religiosidad. En el pasado, cuando el mundo estaba menos comunicado, la inculturación era más específica en cada nación individual. El “hacerse veneciano con los venecianos, inglés con los ingleses, brasilero con los brasileros” indicaba el encuentro con culturas y situaciones bien definidas.
Debemos tomar conciencia que el cambio al cual está llamada la Familia orionita hoy, es más global.
Aún más, por nuestra clara vocación “popular” de estar en contacto con la gente y de realizar un servicio encarnado, estamos llamados a cambiar en el mundo que cambia para estar “dentro de nuestros tiempos” y tener futuro. El cambio se da inevitablemente. Sólo podemos elegir – y de hecho elegimos – el hecho de cambiar bien, es decir, de modo actualizado y fiel, o cambiar mal, o sea, sufriendo pasivamente los tiempos y las costumbres sin identidad carismática, o más bien, volviéndonos extraños al tiempo y costumbres actuales.
Sin inculturación del carisma todo se reduciría a enunciados de ideales y a una oferta devocional; memoria y no proyecto; nostalgia y no propuesta.
“Hagamos la señal de la cruz y lancémonos confiados en el fuego de los tiempos nuevos”. [3] En esta indispensable obra de inculturación del carisma para un presente que tenga futuro, todo puede servir: la reflexión amigable y espontánea, las reuniones de Congregación, la actuación cordial y comprometida de las líneas dadas por los capítulos y superiores; los Secretariados son un laboratorio cultural y práctico de renovación.
Como una contribución personal, anoto algunos núcleos principales de inculturación del carisma a los que está llamada la Congregación.
LA EVOLUCIÓN DE LAS OBRAS DE CARIDAD
Ya se dió una notable evolución en las tipologías y formas de gestión de las obras de caridad, [4] aunque también en su calidad y significado apostólico.
En un contexto en el que generalmente creció la previsión estatal, disminuyó notablemente la providencia actuada por la Congregación en favor de los más desprovistos y desamparados. ¿Puede bastar para los Hijos de la Divina Providencia ser buenos gestores de la previsión social?
En todas las naciones en las que estamos presentes, hasta hace algunos decenios, bastaba abrir una obra asistencial y ella era inmediatamente una obra caritativa, un buen signo de la caridad de la Iglesia y de la Congregación “para llevar a los pequeños y los pobres a la Iglesia y al Papa, para Instaurare omnia in Christo”, según el carisma.
Hoy, después de la evolución desarrollada, no es más automático que una obra asistencial, social o educativa sea, ipso facto, una obra caritativa-apostólica. [5] Hay obras asistenciales “como todas las otras”, casi privadas de calidad y significado apostólico. Justamente por esto nació el justo e inevitable esfuerzo de tantos cohermanos, las inquietudes, las impaciencias y los proyectos que en los Capítulos generales tomaron el nombre de “relanzamiento apostólico”, “reapropiación del carisma”, “conversión apostólica” de las obras de caridad. Todos percibimos el problema de las “obras de caridad” que no “abren los ojos a la fe”.
Así como es global el cambio – ya en acto- de identidad, de gestión y de sentido de las obras, así deberá ser global y congregacional la nueva inculturación de este instrumento fundamental de nuestro carisma, querido y establecido por Don Orione y reconocido por la Iglesia.
Hay que agregar que no sólo cambió – y debe cambiar - la dinámica de las obras, sino también aquella de los religiosos que actúan en ellas. El último Capítulo general habla de identidad y rol de los religiosos llamados a ser en las obras, sobre todo “testigos”, “garantes del carisma”, “pastores”, “formadores”, “profetas”, [6] con dinámicas de relaciones nuevas, pero no menos exigentes que aquellas del pasado.
Acerca de esta nueva y necesaria inculturación (= discernimiento, adaptación, renovación, creatividad) de las obras carismáticas, la Congregación está en movimiento desde hace tiempo. Tenemos experiencias interesantes a las cuales observan también otras Congregaciones. Van tomando cuerpo alcunas innovaciones en las modalidades de gestión, se busca actuar un nuevo rol de los religiosos en las obras, se pone en el centro la relación apostólica de la obra con el territorio.
Coraje, queridos hermanos; contribuyamos a la evolución de las obras de caridad de modo tal que continúen siendo carismáticas y apostólicas también en el contexto social actual muy cambiado. En algunos casos, se tratará de dejar ciertas obras no convertibles en instrumento de apostolado.
Sé que la evolución de las obras creó y crea tensión de interpretación y de soluciones. Es inevitable porque no existen soluciones inmediatamente evidentes.
El cambio de nuestra relación con las obras nos llama, nos provoca, y algunas veces también nos desanima. Pero estamos allí, la Congregación está ahí, para enfrentar el cambio. Es muy necesario el diálogo y el intercambio de experiencias positivas. Se va delineando un camino común con las indicaciones de los últimos dos Capítulos generales y la acción de los Secretariados. No debemos ser ni catastróficos (“Basta, se terminó la época de las obras”) ni ilusos (“Las obras hablan por sí mismas”). Ninguno quede “fuera” del tema, sino que ofrezca la propia contribución de ideas y sobre todo la colaboración práctica en las comunidades locales y en las actividades, la participación en los secretariados y otras reuniones de Congregación.
EVOLUCIÓN DE LOS POBRES Y LA POBREZA
Otro ámbito en el cual hoy la fidelidad a nuestro carisma debe renovarse es la indicación dada por el Fundador de dedicarse a los “pobres más pobres”. Nuestro futuro pasa a través de una nueva fidelidad a los “pobres más pobres”, expresión a menudo abusada y vaciada de contenido, pero llena de realismo en el pensamiento y la práctica de Don Orione y de tantos orionitas.
La última circular del sexenio precedente estaba dedicada a este tema: “Quede bien determinado que la Pequeña Obra es para los pobres” [7] . Es un punto infranqueable del carisma, un “muro firme” del límite para caminar fieles tras los pasos de Don Orione. Don Orione quiso reforzar el “guard-rail” de nuestro camino carismático con un juramento especial de pobreza. [8] Quien colabora a mantener el muro firme [9] del estilo personal pobre y del servicio a los “pobres más pobres” contribuye a un presente de la Congregación que tenga futuro. [10]
Pero existen también dificultades concretas nuevas. Hoy las categorías y el ambiente de los pobres, que son nuestro habitat en el cual crece la planta única con diversas ramas de la Divina Providencia [11] , están en evolución, cambiaron.
No es mi tarea llamar la atención sobre visiones, interpretaciones y diagnósticos sociológicos. Deseo solamente hacer una observación interpretativa carismática que puede servir para la inculturación.
Existen aún los pobres localizados en una región geográfica de la nación o de la ciudad, pero muchos conviven en el tejido ordinario de la sociedad. Hoy, la categoría “pobreza” se extiende a toda experiencia del límite o de la necesidad de las personas: material, espiritual, físico, psíquico, relacional, cultural, religioso. La menor homogeneidad geográfica o sociológica de nuestros destinatarios, los pobres, puede llevar a concluir: “Bien, entonces hagamos un poco de todo”, genéricamente, “porque al final todos son pobres”. Es cierto, pero nuestra presencia perdería su prerrogativa carismática de ser “para los pobres más pobres”, como su signo eclesial específico.
Ciertamente el “para los pobres” entendido por Don Orione significa “para todos los pobres”. No eligió una categoría específica como otros fundadores (enfermos, discapacitados, niños, trabajadores, ancianos, inmigrantes, mujeres, etc). Pero en Don Orione hay otra cosa. Si por un lado es evidente la universalidad de destino y de acción caritativa querida por él, por otro lado es claro también su concentración carismática: “Nosotros estamos para los pobres, es más, para los más pobres y más abandonados” [12] .
¿Qué entendía con la expresión “los más pobres”?
Aquí tenemos casi una definición: “los más pobres entre los pobres, es decir, aquellos de quienes ninguno se ocupa y no pueden ser recibidos en otros institutos” [13] . En efecto, “aquellos que tienen una protección de otra parte, para ellos existe ya la providencia de los hombres, nosotros somos de la Divina Providencia, o sea, no estamos más que para ayudar a quien le falta y ha agotado toda providencia humana”. [14]
“Los más pobres” son “los más abandonados”, los “desamparados”, los más desprovistos de otras providencias. Este es el criterio de discernimiento y de proyecto carismático. Un orionita no debe jamás olvidar que el carisma no nos ata a un tipo de pobreza, pero el carisma nos liga a la condición de mayor abandono de los pobres. Debemos privilegiar la caridad hacia “los más abandonados, los más desamparados”, porque esto era y será en el futuro el signo público y simple, eficaz y convincente, “para hacer experimentar la Providencia de Dios y la maternidad de la Iglesia” querido por Don Orione.
Ninguna incertidumbre: “los más pobres” de Don Orione y de los Orionitas son “los más abandonados”, los “desamparados”, los más desprovistos de otras providencias. La caracterización del “privilegium orioninum” para los pobres es su grado de abandono y de falta de otras previdencias : “Nosotros somos de la Providencia Divina, es decir, no estamos más que para ayudar a quien le falta y ha agotado toda providencia humana”. [15]
Queridos cohermanos, escribo estas cosas durante la oración y siento tocar un punto fundamental para la custodia y la promoción de nuestro carisma, y por lo tanto de nuestro futuro. En la inculturación de nuestro servicio a los “pobres más pobres” considero que la Congregación deba hacer una reflexión y un camino muy decidido respecto a cuanto se ha hecho hasta ahora. No es fácil. La continua desproporción de nuestro número de religiosos y la extenuante exigencia de las instituciones grandes y tradicionales, nos ha impedido casi del todo inculturar este aspecto “conditio sine qua non” de fidelidad al carisma: el destino “a los pobres más pobres”.
Conforta a todos saber que la inculturación del servicio a los “más pobres” continúa a darse especialmente en las nuevas misiones. Pero existe mayor necesidad – aún siendo más difícil – en las Provincias consolidadas; aquí algo se hizo, sobre todo sosteniendo a los laicos en la realización de grupos de ayuda, centros de escucha, casas de familia para la vida naciente, pequeñas instituciones para menores en riesgo, iniciativas de ayuda para los inmigrantes, algún ambulatorio gratuito para los pobres, iniciativas de ayuda a los pobres fuera de las instituciones, etc. Todo esto es muy bueno.
Avancemos, en cuanto religiosos y en cuanto comunidad religiosa, para estar “in prima linea Pro Providentia” [16] . Existen dos decisiones del 13 Capítulo General que van en este sentido.
Decisión 28: Cada Provincia, discerniendo en la propia realidad las formas con las cuales la vida está más amenazada (vida naciente, vida débil, inmigrantes, etc.), defina las acciones más significativas para su defensa. En todas nuestras obras (educativas, asistenciales, parroquiales) que hayan signos concretos de acogida e interés por la pobreza de los más ¨desamparados¨ (abandonados).
Decisión 29: Cada Provincia, dentro del próximo sexenio, constituye una nueva comunidad (o realiza al menos una experiencia significativa) que comience pobremente entre los pobres.
Ciertamente los discursos son complejos, pero sobre este punto estrictamente carismático, o respondemos de modo actualizado o terminamos “fuera de juego”. Un orionita fuera del campo de los pobres está fuera de juego y no podrá realizar su “gol” [17] carismático.
EVOLUCIÓN DEL AMOR AL PAPA
También nuestro modo de amar al Papa evoluciona porque cambió el contexto dentro del cual estamos llamados a amar al Papa.
Don Orione afirmaba: “Mi fe es la fe del Papa, es la fe de Pedro”. Escribió en su Plan y Programa (1903) que “Este fin – unir al Papa para instaurare omnia in Christo – es propio de nuestra vocación. (...) La Obra de la Divina Providencia, encendida de un grandísimo y filial amor al Vicario de Nuestro Señor Jesucristo en la tierra, goza obligándose con un vínculo especial a la Catedra del Beato Pedro” [18] .
Sabemos bien que nuestro IV voto de “especial fidelidad al Papa” [19] no tiene solo contenidos doctrinales o disciplinares, sino que pide un amor activo, encarnado, filial y pastoral, “para poder atraer y llevar a los pueblos y la juventud hacia la Iglesia y hacia Cristo. Entonces quitaremos el abismo que se va creando entre el pueblo y Dios, entre el pueblo y la Iglesia” [20] .
Estar en este “abismo”, sobre todo en la parte de los pobres, para “quitarlo”, es el lugar carismático de los orionitas.
Este abismo fue producido a lo largo de la historia por diversos factores: por ejemplo, la cuestión romana y la separación Iglesia – Estado en los tiempos de Don Orione, el socialismo que seducía las masas populares, el liberalismo ateo, y luego contribuyeron varias ideologías políticas y movimientos culturales, hasta los recientes fenómenos del secularismo y del relativismo individualista.
Hoy, ¿cómo hacer para reforzar, al interno de la Santa Iglesia, la unidad de los hijos con el padre (es decir, el Papa), y al externo, rehacer la unidad quebrada con el padre ... y esto con el apostolado de la caridad entre los pequeños y los pobres, mediante aquellas instituciones y obras de misericordia más adaptadas? [21]
Para responder debemos mirar las formas de división y los “abismos” que existen entre los pobres y la Iglesia, entre el pueblo y el Papa.
Pensamos en Don Orione: vivió en un clima liberal – masónico anticlerical e iluminista; era el clima de marginación de la Iglesia contrapuesta al mesianismo socialista que conquistaba al pueblo y a los pobres; era el tiempo de la hostilidad agresiva hacia el Papa como persona y hacia la Iglesia como tal.
Hoy no está más aquel odio y hostilidad manifiesta hacia el Papa presente en el tiempo de Don Orione. Al contrario, hoy vemos al Papa aclamado y reverenciado en las transmisiones televisivas , en plazas con millones de jóvenes, como en Madrid, o de multitudes inmensas en los viajes apostólicos. Todos los grandes de la tierra se apuran en expresar, y algunas veces de ostentar, su obsequio al Papa.
Hoy surgen otros abismos de separación y de hostilidad. Los ataques al Papa no son más tan frontales, doctrinales, referidos a su persona. Son más bien prácticos, indirectos, manifestados y actuados en las costumbres de vida.
“USA love singer, but not the song” (Estados Unidos ama el cantante, el Papa, pero no la canción, aquello que dice) titularon los diarios americanos después de la exitosa JMJ con Juan Pablo II en Toronto. Es el abismo que domina hoy.
Estando así las cosas, nosotros seremos orionitas no sólo si nos unimos a muchos que aplauden al cantante, sino si amaremos la canción y la volveremos a cantar con nuestras palabras y actividades en medio del pueblo y los pobres.
El Papa no es atacado por su rol de Papa, como en el Piemonte “gallicano” y en la Italia de Don Orione. Hoy, el primado del Papa no es contestado sino reducido a símbolo social. Se le da gustosamente el escenario, también por motivo de los buenos resultados mediáticos y económicos, pero luego, el Papa y los obispos con él, son ignorados o atacados en el terreno de los valores y las costumbres, socialmente inducidos y claramente contrapuestos: valores sociales, familiares, de la sexualidad, de la economía, de las relaciones políticas internas e internacionales.
Salvo alguna veleidad, no se ataca directamente la persona del Papa y la presencia de la Iglesia. Sería “impopular”. No, simplemente se muestra el mundo eclesial como extraño a la modernidad, con una fe y ritos folkloristicos, fuera de lo común, mientras la vida de la gente va por otro lado, a un abismo de distancia.
Un pequeño particular. Sabemos la formidable relevancia mediática que tuvo la Jornada mundial de la juventud en Madrid. Horas de transmisión en directo en todo el mundo, páginas y páginas de periódicos. Pero luego, un gran diario italiano, describiendo el “kit” de materiales que llevaban los jóvenes de la JMJ, terminaba el elenco diciendo “ y naturalmente, con un paquete de preservativos”. Como diciendo: el Papa hace grandes discursos, lo aplauden, pero después, la moral y la vida van por su cuenta, con un abismo de distancia.
Estos puntos de lectura del contexto dentro del cual ser papalinos hoy, sirven solamente para interrogarnos con qué formas y en qué campos, o abismos, debe expresarse nuestro compromiso de “quitar el abismo que se va creando entre el pueblo y Dios, entre el pueblo y la Iglesia”
También nuestra papalinidad va inculturada, actualizada.
LA EVOLUCIÓN DE LAS VOCACIONES
Es otro factor en evolución global que toca a toda la Congregación. La variación de los miembros y de las nuevas vocaciones de la Pequeña Obra implica algunos cambios importantes para la inculturación de nuestro carisma en el presente y en el futuro.
La carta es ya bastante larga y por ello anoto solamente tres indicadores de este cambio.
1. Hay un descenso de las vocaciones orionitas religiosas (miembros y aspirantes), consistente, estable, localmente diversificado. [22]
2. Hay una redistribución geográfica de las vocaciones orionitas. Sucedió en la Congregación aquello que sucedió en la Iglesia. Los miembros de la Congregación, hace 50 años, eran el 70 % europeos y el 30 % de otras naciones; ahora, la proporción es exactamente el contrario. [23]
3. Hay un crecimiento de las vocaciones orionitas laicales. El carisma orionita se encarna siempre más con hábito laical y secular; esto no relativiza, sino que responsabiliza a los religiosos. [24]
Estos cambios en las vocaciones orionitas son muy importantes para la inculturación del carisma en el futuro próximo.
“Con coraje muy superior a nuestras fuerzas”
Concluyo estas puntuaciones acerca de algunos cambios que interesan a la inculturación del carisma, invitando a “¡ aumentar el coraje muy superior a las fuerzas que sentimos, porque donde terminamos nosotros, allí comienza la acción de Dios que está con nosotros! Confianza en Dios!” [25] Este famoso texto de Don Orione prosigue con la recomendación: “¡estén unidos en la caridad de Jesucristo!”. Es justamente acerca de la unión fraterna que quisiera decir la última palabra: asegura la presencia y la acción de Dios con nosotros, valoriza todos los talentos personales.
Para actuar aquel movimiento/renovación necesario para la inculturación del carisma, se pide que formemos un solo corazón y una sola alma, un cuerpo bien articulado.
Por lo tanto, querrámonos bien en el Señor y estimémonos entre nosotros. Cultivemos el espíritu de familia y reavivemos la buena conciencia de gastar la vida por una buena causa: Dios, la Iglesia, las Almas. Amemos a Don Orione y amemos aquello que Don Orione amaba.
Un pensamiento a los más ancianos: promuevan la unidad de la familia; con su historia, alimenten el espíritu de familia. Aunque tantas novedades los superen o no se sientan de enfrentarlas, no se cierren ni se aislen del camino de la Congregación de un modo autoprotegido y falto de esperanza. Cultiven la apertura a los demás y a la novedad. “Quidquid minimum”, pero adelante, con un paso o aunque sea con el deseo para “no colocar la lámpara debajo de un cajón” .
Un pensamiento a los más jóvenes: eviten inútiles fugas ideales; no frustren las energías en caminos solitarios y rápidamente interrumpidos. Unidos, harán y ayudarán a realizar el movimiento posible y duradero a la comunidad y a la Congregación. Don Orione contaba emocionado acerca de Jacob que “tenía consigo la mujer, los hijos y también sus corderitos, y viendo que no lograban seguir al hermano (Esaú), le rogó que tenga compasión de ellos y mida su paso al de ellos: gran ejemplo, grande enseñanza de la Sagrada Escritura” [26] .
Hay necesidad de mucha fraternidad y unidad, de compasión y paciencia, fundamentales para tener juntos nuestros pobres miembros, los hermanos de la Congregación, en el camino de inculturación al cual estamos llamados hoy.
NOTICIAS DE FAMILIA
Como de costumbre, os señalo algunos eventos importantes de los últimos meses, y os invito a manterneros informados sobre la vida de la Congregación visitando el sitio oficial www.donorione.org, actaulizado a diario, y también los sitios particulares de cada Provincia.
Kenia. Del 16 al 24 de septiembre, junto al P. Malcolm Dyer, he realizado la visita canónica a las dos comunidades orionistas de Kenia, Nairobi-Langata y Kaburugi. Ha supuesto un momento importante de comunión pero también de proyecto en esta presencia de Congregación que va creciendo. En la casa-seminario de Langata hay un buen grupito de jóvenes aspirantes y hubo 4 primeras profesiones.
Los hermanos de Langata tienen a su cargo la parroquia de Kandisi. Se trata de una parroquia rural, pobre, poco distante de la capital, en la región de la etnia Masai dedicada al pastoreo. La gente está preparando, con sus propios ahorros, la casa para la comunidad religiosa. Sueñan también con una escuela para sus hijos que actualmente tienen que recorrer 5 km para llegar a la más cercana.
En Kaburugi, los Cohermanos tienen la responsabilidad de otra parroquia similar y de un pequeño pero ejemplar Centro de rehabilitación para muchachos con graves discapacidades. También con pocos medios económicos, ayudan a más de 40 muchachos y muchachas, desde los servicios más simples hasta la inserción laboral protegida en los invernaderos y en los huertos del centro. En toda Kenia se habla de este pequeño Centro porque es un modelo a imitar. “Con este pequeño Centro –ha dicho el P. Alex Ruiz– está cambiando la conciencia de las personas con discapacidad en Kenia, considerada hasta hace poco como una maldición inútil”. De la misma opinión se manifestaba el Nuncio apostólico, Charles Lebeaupin y el Obispo de la diócesis de Muraga, James Wainaina Kungu, que ha ofrecido dos terrenos para otra obra para jóvenes con discapacidad física, muy numerosos en la diócesis y tenidos escondidos.
Las abundantes peticiones y posibilidades de desarrollo nos animan y también nos comprometen. Envía, Señor, trabajadores a tu mies.
Durante la visita fue lanzado el proyecto Don Orione for Marsabit en ayuda de las poblaciones del Noreste de Kenia, golpeado por la carestía y por el hambre.
Fue pensado con el Padre Malcolm, delegado de la misión de Kenia, Don Eldo Musso, consejero para las obras de caridad, Don Alessio Cappelli, responsable de la Fundación Don Orione, y con los Cohermanos de Kenia; la Madre general Sor María Mabel ha asegurado también la disponibilidad de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad presentes en Kenia. La ayuda a la población en situación de dramática carestía y de hambre – en varias ocasiones señalada por el Papa – es para los orionistas también una ocasión para renovar la sensibilidad de “primeros auxilios” tan expresada por Don Orione y por tantos cohermanos en la historia antigua de la Congregación. Sará también una buena ocasión para hacer sentir a la joven Familia orionista en Kenia que en el mundo hay una gran Familia solidaria y dispuesta a ayudar.
Con la ayuda económica proveniente sobre todo de la generosidad de las casas y provincias de la Congregación se ha hecho ya una primera expedición de tres semanas en octubre. Para enero-febrero hay programada una segunda expedición de solidaridad que además de la ayuda material prevee una ayuda también pastoral. El obispo de Marsabit, Peter Kihara, nos ha asignado la casa de la parroquia de Kargi, un pueblo a unos 75 Km de Marsabit, desde hace tiempo vacía y sin sacerdote, en una zona de gran pobreza y abandono. En esta expedición, que se iniciará el 24 de enero, participarán nuestros Don Vittorio Muzzin, los keniatas Ian Kiprotich Katah (tirocinante) y Anthony Gachau (postulante), tres hermanas y tres laicos, dos de Pontecurone y uno de Madrid. Desde Kargi, el gruppo llevará las ayudas (alimentos, medicinas, pequeñas cisternas para recoger el agua de la lluvia) y harán tareas de encuentros con la gente, visitando las familias, visitando niños y enfermos, celebrando en la iglesia parroquial.
A través del sitio www.donorione.org he dado información de mi viaje al Chaco argentino, a Itatí y en la región de Ñeembucú, en Paraguay.
Esta visita me ha tocado mucho interiormente tanto porque tenía en la memoria visita – la única en estas tierras – de nuestro Don Orione como por lo visto y encontrado en la actualidad. Todas las etapas Saenz Peña, Itatì, Rosario y General Lagos, Barranqueras y Ñeembucú han estado ricas de encuentros, de momentos de fe y de conmoción humana y sacerdotal. Tengo aún en los ojos las grandes celebraciones, jocosas y devotas, pero también la visita a las muchas pequeñas comunidades-con-capilla: la fe y la iglesita constituyen una auténtica riqueza para esta gente. Pero les falta aún a demasiadas personas.
Los santos de la Familia
El año pasado, Sor María Plautilla Cavallo fue proclamada “venerable”, es decir que ha sido ultimado el proceso de beatificación y sólo se espera un milagro para que pueda ser proclamada “beata”. Para ella han sido hechas unas celebraciones de agradecimiento sobre todo en su pueblo natal, Roata Chiusani (Cuneo), y en el Santuario de la Guardia de Tortona. Intervinieron el obispo de Cuneo y Fossano mons. Giuseppe Cavallotto, la madre general, sor Mabel Spagnuolo, y el postulador Don Aurelio Fusi. Está ya en la librería la nueva biografia escrita por Don Aurelio Fusi, Suor Maria Plautilla. Un riflesso del volto di Don Orione. Ed. Paoline, Milano 2011, p.232. En el Prefacio, el Card. Ángel Bagnasco ha observado: «Lo que ha estado verdaderamente grande en ella – tanto que el eco nos ha llegado hasta hoy – es la atmósfera interior que coloreó con algo divino la monotonía insignificante de su trabajo. Pero de esta atmósfera, sólo Dios podría darnos referencia. Y ya se sabe que a Dios, especialmente con sus predilectos, le gusta mantener los secretos nupciales».
Hemos tenido noticia de que el proceso sobre la vida y martirio del P. Ricardo Gil Barcelón y del postulante Antonio Arrué Peiró ha obtenido el voto positivo de la Comisión Teológica. Ahora sólo falta el voto de la Congregación de los Cardenales y la publicación del Decreto por parte del Santo Padre. También este proceso está concluido y esperamos como “próxima” su beatificación.
Este año hemos recordado con particular devoción el 60° de la muerte del “venerable” Don Carlo Sterpi, con celebraciones en Gavazzana, su pueblo natal, y en Tortona. Para la beatificación sólo falta el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión. Debemos rezar.
El Congreso misionero de la Familia Orionista (20-23 de noviembre) reunió durante tres días a cerca de 100 representantes de las dos Congregaciones religiosas, del MLO y del ISO sobre el tema “Tudos en misión. Como el Padre me ha enviado a mí así también os envío yo”. El congreso tuvo como objetivo, informar, hacer discernimiento y dar instrucciones para actualizar las decisiones de los respectivos Capítulos generales y para elaborar el proyecto misionero del próximo sexenio. Se concluyó con el envío de Paulin Preka, orionista albanés que partía para Mozambique y de Sor María Silvina, PSMC argentina que partía para Costa de Marfil.
Un breve documento conclusivo recoge las líneas del proyecto misionero para el sexenio, algunas específicas de las dos Congregaciones y otras comunes.
El Congreso Administrativo (24-27 de noviembre) tuvo como tema general “Providencia y trabajo: líneas para una gestión carismática de las obras". Relaciones y reflexiones de grupo se alternaron sobre los temas principales: dinámicas de gestión y calidad apostólica de las obras en la sociedad actual; pobreza y comunión de bienes en un mundo globalizado; sujetos jurídicos y sus propias dinámicas; nuevos recursos, fund raising y bienhechores; caja común y comunión de bienes; y otros temas varios.
Nuevos Consejos provinciales en América Latina, han sido nombrados los Consejos Provinciales para el trienio 2012-2014 en la Provincia “N. S. de la Guardia” (Buenos Aires), N. S. de Fátima (Brasil), N. S. da Anunciaçâo (S. Paulo) y N. S. del Carmen (Santiago de Chile). Felicitaciones y oraciónes para los Cohermanos que desarrollarán este servicio, tan precioso para la fidelidad a la vocación religiosa y para la unidad de la Congregación. Don Orione decía a los superiores: “La perfección del gobierno está comprendida en estas cinco palabras: vigilar, amar in Domino, soportar, perdonar y apacentar in Domino”.
La reunión de los Consejos generales FDP, PSMC, ISO y MLO (2-3 de diciembre) es, cada año, un momento importante de comunión y de programación. Un tiempo importante ha sido dedicado a la información recíproca, a los temas de colaboración de las dos congregaciones religiosas, a la valoración del Estatuto del MLO que será presentado para su reconocimiento canónico a la Congregación para la Vida Consagrada y, finalmente, al calendario.
El Decreto de erección de la nueva Provincia Madre de la Divina Providencia, fechado el 20 de noviembre de 2011, concluye el iter jurídico de la unificación de las precedentes Provincias San Marcial (Tortona), San Benedicto (Génova) y SS. Apóstoles Pedro y Pablo (Roma). Desde 29 de junio de 2012 iniciará su andadura la nueva Provincia que tendrá sede en Roma, en la “Villetta rossa” de Vía de la Camilluccia 142. Si trata de un cambio necesario y no fácil a nivel jurídico-administrativo dada la fuerte reducción numérica de religiosos en Italia, cuna del Fundador y de la Congregación.
Motivos de oración
Como siempre, confío a vuestras súplicas y oraciones a nuestros difuntos que han llegado al Señor para recibir el premio de los siervos buenos y fieles.
Han muerto los cohermanos Don Andrea Giuseppe Alice, Don Timoteo Peñalver y Don Ignazio Cavarretta (a los 99 años, era el más anciano); las hermanas: Sor María Estela, Sor María Quirina, Sor María Bertila, Sor María Eustella y Sor María Aurelia; y Cettina Lo Cascio, una consagrada del ISO.
Con agradecimiento, confiamos a la bondad del Señor, a nuestros parientes difuntos: el papá de P. Paul Mboche Mwangi, Ch. Sebatião Bertoldo Tigre Filho y del P. Hugo Rubén Camino; la mamá del Ch. Nab Mathias Dabire, Pe. Francisco de Assis Silva Alfenas y de Mons. Raymond Ahoua, obispo de Grand-Bassam (Costa de Marfil); los hermanos del P. Vicente Di Iorio, D. Ignazio Terzi (ya fallecido) y D. Damian Danut Ciobanu; las hermanas de Fr. Orlando Boggio, D. Giovanni Bianchin (ya fallecido), Ch. Carlos Ignacio Espinola Pereira y Sor María Tecla de las hermanas de San Camillo, hermana de D. Severino Didonè.
En cada casa y provincia, recordamos además a los Amigos, Bienhechores y Colaboradores más cercanos a nosotros y a cada obra.
Muchos de nuestros Cohermanos son provados particularmente por el sufrimiento y la enfermedad; tienen necesidad de nuestro apoyo, de nuestro afecto y de nuestra oración.
¡Felicidades!
Concluyo con las felicitaciones de Feliz Navidad y Feliz Año 2012.
Los Padres de la Iglesia decían que el buey y el asno nos representan a todos nosotros. El buey, en particular, representa al pueblo de israel que tenía el yugo de la ley y el don de la Palabra, y además tenía dificultad en reconocer a su Señor. ¿Y el asno? El asno representa a todos los pueblos que no tenían la luz de la palabra de Dios, pero tenían la creación y la naturaleza, y aún así no han reconocido al Creador. Por esto ha venido Jesús en medio de nosotros, para abrirnos los ojos y poder reconocer al Padre, al Señor Dios.
Sabemos que nuestro padre fundador decía que es la caridad la que abre los ojos de la fe. Es la caridad de la Navidad la que nos abre los ojos para reconocer a Jesús, para reconocer en Él al Hijo de Dios hecho hombre, para reconocer en Él el rostro del Padre que está en el cielo y el rostro de cada hermano que está en la tierra.
Mi felicitación, pues y que la caridad de Dios manifestada en la Navidad pueda abrirnos los ojos de la fe, los ojos de la caridad y los ojos de la esperanza.
Y la bendición de Dios omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y permanezca siempre.
¡Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo!
Don Flavio Peloso, FDP
(Superior general)
[1] Había comunicado algún punto de reflexión durante la reunión de Directores de las Provincias italianas, en el Centro Mater Dei de Tortona, dedicada a “Directores hoy en un mundo que cambia”.
[2] El tema comienza a ser bastante estudiado; se vean, por ejemplo, en Don Orione y el Noveciento (Atti del Congreso de Estudio, Roma 1-3 de marzo de 2002, Rubbettino, Soveria Mannelli, 2003) las contribuciones de Giovanni Canestri, Don Orione incontra l’Italia, 99-114; Antonio Sagrado Bogaz, Don Orione incontra il Brasile, 115-140; Enzo Giustozzi, Don Orione in Argentina, 143-160; Anzelm Weiss, Don Orione incontra la Polonia, 161-178; Roberto Simionato, Ragioni e atteggiamenti dell’abbraccio dei popoli, 179-198.
[3] Scritti 75, 242.
[4] Por “obras de caridad” entendemos toda la basta gama de obras indicadas por Don Orione en el famoso Capítulo 1 de las Constituciones de 1936 y las otras que “según las necesidades de los países y de los tiempos, agradara a la Santa Sede indicarnos, como las más aptas” que surgieron en las diversas naciones. Ver la Carta circular “Cuáles obras de caridad? : Atti e comunicazioni 2005, n.217, p.111-132.
[5] Reflexioné sobre este tema fundamental para nuestro carisma en la circular “¿Cuáles obras de caridad?”.
[6] Son cualificaciones muy recurrentes. Ver en particular las Decisiones 16 y 17 y la Línea operativa 20.
[7] “Quede bien determinado que la Pequeña obra es para los pobres” : Atti e comunicazioni 2010, n.231, p. 3-11.
[8] Ver el art. 36 de las actuales Constituciones.
[9] “La pobreza debe ser el muro firme de defensa de la Congregación. Cayeron y se cerraron Congregaciones ilustres fundadas por Santos, Congregaciones que tuvieron un florecimiento de hombres de Dios en otros tiempos, ilustres por la piedad, ciencia y espíritu de observancia religiosa; cayeron porque habían dejado la observancia de la pobreza”; Spirito di Don Orione V, 73-75. Cfr. L I, 558; Riunioni, 58, cfr también 77.
[10] Recuerdo y comparto cuanto observaba el P. Ignacio Terzi sobre el futuro del carisma, que no puede venir a menos ya que está centrado en los sujetos Papa y Pobres. En efecto “los pobres los tendrán siempre con ustedes” (Mt 26, 11) y de la Iglesia se dijo que “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mt. 16,18). Y por lo tanto habrá siempre necesidad de la caridad que une los Pobres a la Iglesia y al Papa. La Congregación tendrá futuro si vive su carisma que tiene futuro.
[11] Este concepto fue profundizado en la Circular Vida Religiosa: al centro, en primera línea: Atti e comunicazioni 2005, n.215, p.283-310.
[12] Spirito di Don Orione II, 71.
[13] Scritti, 108, 55.
[14] “Los Hijos de la Divina Providencia viven de la gracia de Dios, de la vida de trabajo y de pobreza, solo, debemos ser para los pobres, para los más pobres, para los rechazados, para los desamparados de la sociedad”; Spirito di Don Orione V, 107.
[15] El art. 119 de las Constituciones: “Dedicados a los pobres y necesitados, queremos considerar un privilegio servir a Cristo en los más abandonados y rechazados”. La Norma 120: “El espíritu de caridad propio de Don Orione debe llevarnos a resolver los casos urgentes y conmovedores que la Providencia pueda enviarnos, también a costa de riesgos e incomodidades. En los centros mayores deberá estar disponible un local para hospedaje nocturno de emergencia. En la aceptación, daremos precedencia absoluta a los casos más pobres, sin dejarnos condicionar por consideraciones económicas”.
[16] Scritti 64, 322.
[17] Significa meta, fin, objetivo.
[18] Mencionado en Lettere I, 11-22.
[19] Las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad emiten el cuarto voto “de caridad” para unir al Papa y a la Iglesia y así Instaurare omnia in Christo; cfr art.3 e 45 de las Constituciones.
[20] Los Hijos de la Divina Providencia disminuyeron a menos de 1000 miembros, después de que por treinta años se mantuvieron entre 1000 y 1100. Actualmente son 925, con una disminución de 40-50 miembros en el sexenio pasado y esto se repetirá probablemente también en el actual sexenio, a causa del aumento de los fallecidos (muchos entrados en el tiempo de Don Orione), de los abandonos y del numero de ingresos (112 profesos perpetuos en el último sexenio).
[21] Tal expresión se repite en los textos carismáticos más importantes: en el “Plan y programa” de 1903, en el “Capítulo 1” de las Constituciones de 1936 y el art. 5 de las actuales Constituciones nuestras de 1988. Los textos se pueden encontrar también en Tras las huellas de Don Orione, pp. 233-235 e 295-298.
[22] Los Hijos de la Divina Providencia disminuyeron a menos de 1000 miembros, después de que por treinta años se mantuvieron entre 1000 y 1100. Actualmente son 925, con una disminución de 40-50 miembros en el sexenio pasado y esto se repetirá probablemente también en el actual sexenio, a causa del aumento de los fallecidos (muchos entrados en el tiempo de Don Orione), de los abandonos y del numero de ingresos (112 profesos perpetuos en el último sexenio).
[23] Solamente en Italia, en 1965 los religiosos eran 802, mientras actualmente en Italia son 221 religiosos. En 1965, eran más de 2/3 del total de religiosos; ahora los italianos son el 31,8 % de los religiosos, de los cuales 7,1 % están en otras naciones. Crecieron otros polos de presencia consistente: Brasil (215), Argentina (110), Polonia (101), Africa (89), medio-pequeña: España (23), Madagascar (23), Chile (22), India (16), Filipinas (12), Rumania (11), Venezuela (10), Uruguay (8), Paraguay (8); pequeña (naciendo o disminuyendo): USA (6), México (7), Kenia (10), Inglaterra(6), Albania (6), Mozambique (5), Bielorussia (4), Jordania (4), Ucraina (3), Irlanda (2).
[24] Aquí se entiende las vocaciones orionitas laicales y no simplemente los laicos colaboradores a pesar de estar bien formados en el carisma. Un laico es de vocación orionita cuando asume el carisma orionita como espiritualidad propia y modo de ser, expresado en el testimonio y la pertenencia. El crecimiento de las vocaciones orionitas laicales no es claramente definible en cantidad y calidad, pero ciertamente es un fenómeno nuevo, confortante y global de nuestra congregación.
[25] Carta a los cohermanos del Brasil, 12.1.1930; Lettere II, 76.
[26] Don Orione se refería a Génesis 33.