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QUALE AMORE AL PAPA?
QUÉ CLASE DE AMOR AL PAPA?
QUAL AMOR AO PAPA?
Quale amore al Papa è tipico di Don Orione e del nostro carisma?
Rispondere a questa domanda significa cogliere l’identità propria
dello spirito e dell’apostolato della congregazione orionina.
L’amore al Papa e la specifica modalità per viverlo ed esprimerlo
sono al cuore della fedeltà creativa della Famiglia orionina al proprio carisma.
Articolo del superiore generale Don Flavio Peloso
El importante momento de la historia de la Iglesia vivido en abril de este año pone en el centro de atención nuestro "amor al Papa”. ¿Qué clase de amor al Papa es típico de Don Orione y de nuestro carisma? ¿Cómo vivimos hoy concretamente el amor al Papa profesado con un "cuarto voto de especial fidelidad?"
Responder a estas preguntas significa acoger la identidad propia del espíritu y el apostolado de la congregación orionina. El amor al Papa y a la específica modalidad para vivirlo y expresarlo están en el corazón de la fidelidad creativa de la Familia orionina al propio carisma.
FIDELIDAD ES OBEDIENCIA
"Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando", Jn 15, 14, ha advertido Jesús. La conformación de la voluntad es una verdad imprescindible del amor. En este sentido, el amor al Papa tiene una vasta gama de expresiones que se concretan en obediencia, docilidad, fidelidad.
El amor al Papa es obediencia al Magisterio de la Iglesia y a su disciplina canónica y litúrgica. Y "seguir siempre, en todo y por todo, sus enseñanzas, no sólo en materia de fe y moral, sino en cada cosa que él como Papa, enseña y manda… también sus advertencias, consejos y sus deseos" . Y luego todavía, "Amamos la Iglesia en sus Congregaciones romanas, en sus decretos, en sus Obispos, querámosla en sus Curias, en sus sacerdotes; defendámosla como defenderíamos a nuestra madre."
Entonces, existe toda una área de amor que entendemos debe vivirse de modo personal como obediencia, docilidad, disciplina, unidad y fidelidad en las relaciones, que el artículo 47 de las Constituciones resume así: "[Con el cuarto voto] nos obligamos: al pleno reconocimiento de su autoridad jerárquica en la Iglesia universal; a la incondicional adhesión a su magisterio y a su programa; a la más completa disponibilidad a cualquier determinación suya en nuestro respecto para todo servicio en cualquier parte del mundo, para realizar el carisma indicado en el lema: "Instaurare omnia en Christo; ut fiat unum redil et unus Pastor."
Las Constituciones nos indican luego otras indicaciones prácticas, pastorales, de amor al Papa: "1) fidelidad a la Iglesia de que el Papa es el centro de comunión; 2) estudio, profundización y realización del magisterio ordinario; conocimiento y difusión de los documentos pontificios y las Congregaciones romanas; 3) amor y adhesión a los Obispos en las iglesias locales; 4) obra de comunión en el interior y en el exterior de la Iglesia , trabajando para ser fermento de unidad; 5) empeño misionero y ecuménico; 6) servicio preferencial a los pobres, de los que, en nombre del Papa y en fidelidad a él, defenderemos los derechos y las instancias", (art. 48).
A TRAVÉS DE LAS OBRAS DE LA CARIDAD
Pero hay un aspecto apostólico muy típico y carismático para entender el amor al Papa de parte de Don Orione.
Lo ilustró, por ejemplo, en el texto de preparación de aquél que podríamos definir la "Asamblea constituyente" de la naciente Congregación, realizada en 1902 en San Remo. "Amar Jesús Cristo y hacerlo conocer y amar con nuestras obras, amar su Santa Iglesia Católica y hacer conocer y querer y servir al Papa, Padre nuestro santísimo, Vicario de Cristo y Jefe de la Iglesia es la obra más grande entre los hombres que podemos hacer sobre esta tierra a gloria del Dios y es el objetivo de nuestro pobre Instituto. Instaurare omnia en Christo: por la gracia de Dios todo establecer en la Caridad infinita de Jesús Cristo con la realización del programa papal.... Defendemos la cabeza de la Iglesia y salvaremos el cuerpo. "
En estas líneas programáticas hallamos la conocida e inseparable ligazón que une en el apostolado orionino Cristo - Iglesia - Caridad. Don Orione los conjuga juntos en expresiones siempre nuevas, originales y apasionadas. ¡Se trata siempre de la única dinámica de espiritualidad y apostolado que lleva a Instaurare omnia in Christo! ¡... in Ecclesia! ¡... in Caritate!
El amor al Papa se nutre dentro de una tensión eclesial y cristo céntrica y obra a través de la caridad. También en otro texto fundamental para comprender el carisma orionino - el "Plan y programa" del 1903 le retomados luego en el "Comienzo 1° de las Constituciones de 1936" - es dicho claramente que el objetivo específico de la Congregación es "concurrir a reforzar, en el interior del Santa Iglesia, la unidad de los hijos con el Padre, es decir el Papa, y, en el exterior, a restablecer la unidad quebrada con el Padre… y esto con el apostolado de la caridad entre los pequeños y los pobres, a través de aquellas instituciones y obras de misericordia más adecuadas. "
En otra ocasión, explicándolo espíritu y el estilo de la naciente Congregación, Don Orione se ha expresado con estas claras y felices palabras. "Obras de caridad se necesitan: ellas son la mejor apología de la Fe Católica. Se necesita que sobre cada paso nuestro se cree y florezca una obra de fraternidad, de humanidad, de caridad purísima y santa, digna de hijos de la Iglesia , nacida y surgida del Corazón de Jesús: obras de corazón y caridad cristiana se necesitan. ¡Y todos les creerán! La caridad abre los ojos a la Fe y calienta los corazones de amor hacia Dios."
¿Entonces, qué clase de amor al Papa? Aquél vivido a través de las obras de la caridad hacia los pequeños, los pobres, el pueblo. En aquellos "a través de" está la originalidad orionina.
HOY HAY NECESIDAD DE ESTE AMOR A. EL PAPA
Don Orione pensaba al Papa como "bisagra de la obra de la Divina Providencia en el mundo" , centro de cohesión, de unidad. Hoy, parecería haber llegado una nueva época de reconocimiento de la autoridad moral del Papa. Los acontecimientos de abril serían una confirmación de esto.
Sin embargo, no nos lleve a engaño el gran interés y la visibilidad mediática. Hay mucho de positivo, pero también no pocas ambigüedades. Por una parte es agigantada la figura del Papa como símbolo colectivo, imagen psicológica, personificación ética; por otra, su magisterio doctrinal continúa a ser contrastado fuertemente. También en los momentos de más fuerte emoción colectiva por la muerte de Juan Pablo II ("el grande", "santo enseguida), y para la elección de Benedicto XVI, periódicos y televisión han seguido documentando con entrevistas y estadísticas los muchos "no" les dichos al Papa y a la Iglesia por aquellos mismos jóvenes, y potentes de la tierra, y también por sacerdotes y cristianos, que lo alabaron en aquellos días. En el areópago de la aldea global todavía repica hoy el “sobre este tema te escucharemos en otro momento" , (Hch17, 32) lanzados al Papa, San Pablo de turno, poco antes aplaudido.
"América love the singer, but not the song" , (Estados Unidos ama al cantante pero no la canción) tituló un gran periódico al día siguiente del éxito del Papa entre los jóvenes en Denver, para indicar la popularidad del Papa y al mismo tiempo el rechazo de su enseñanza.
¡He aquí, que se dispara el orioninidad que hay en nosotros!
Don Orione, sensible a la misión de la Iglesia , durante todo el arco de su vida, advirtió la separación que iba creciendo entre Iglesia y el pueblo, entre religión y sociedad, entre devoción y costumbres morales. Las masas populares eran atraídas y seducidas por otras ideologías y costumbres lejanas del Evangelio. ¿Cómo "cancelaremos el abismo que se va haciendo entre Dios y el pueblo", "como reconducir el pueblo a Cristo, a la Iglesia ? "
Desde esta inquietud apostólica maduró la inspiración de nuestro Fundador. "Nunca como en nuestros tiempos - escribía el 13 de abril de 1920 - el pueblo estuvo tan separado de la Iglesia y del Papa; y he aquí cuánto es providencial que este amor sea despertado con todos los medios posibles para que vuelva a vivir en las almas el amor de Jesús Cristo. El ejercicio de la caridad alcanzará perfectamente su objetivo correspondiente a las necesidades de nuestros tiempos, que es precisamente este reconducir la sociedad a Dios uniéndola al Papa y a la Iglesia .
CON CLARA CONCIENCIA ES RENOVADA DECISIÓN
"El ejercicio de la caridad" es el método, el camino, la estrategia de Don Orione y de los orionitas para "reconducir la sociedad a Dios uniéndola al Papa y a la Iglesia " . A esta estrategia le corresponden particulares requisitos en los que la actúan: " La Iglesia y la sociedad necesitan hoy almas grandes, que amen a Dios y al prójimo sin medida, y que se consagren como víctimas a la caridad, que es todavía la que puede hacer volver los hombres a la fe. "
Creo que todos nosotros, hoy, en Italia o en Brasil, en Costa de marfil o en las Filipinas, sentimos la actualidad, la idoneidad y el impulso de estas palabras de Don Orione. También en la Colecta propia de la Misa de San Luis Orione pedimos: “C oncédenos que podamos ejercitar como ellas obras de misericordia, para hacer experimentar a los hermanos la ternura de tu providencia y la maternidad de la Iglesia.”
Queridos Cofrades, renovemos hoy nuestra adhesión filial al carisma de Don Orione. Nuestro amor al Papa no es para intelectuales (también) sino para “changarines de la caridad” también nos pide la apología de la palabra o de la pluma pero sobre todo "la apología de la caridad" , nuestro amor al Papa no comporta particulares estrategias pastorales pero a todos pide la "estrategia de la caridad” .
Don Orione fue el santo "todo cosa de la Iglesia y el Papa " sin embargo es popularmente más conocido como el "santo de la caridad” , "el padre de los pobres, el bienhechor de la humanidad dolorida y abandonada" (Pío XII). Pueda un poco también decirse de nosotros como individuos y como Congregación que somos "papalinos" con las obras de la caridad.
Al respeto, recuerdo un episodio. Hace algunos años, era consejero, visité en Oradea, en Rumania, el Obispo griego-católico de la ciudad Basile Hossu, hombre maravilloso y bueno. Él contó muchos sufrimientos y humillaciones sufridas durante el período de la dominación comunista, particularmente agresivo contra las comunidades cristianas griego-católicas. Luego se animó hablando de la obra de los Orionino en Oradea: "Vuestra actividad, vuestro modo de ser para los chicos y para los pobres, ha creado en el pueblo un nuevo concepto y una nueva actitud respecto a la Iglesia. Recuerdo que un día, viajando en el coche con Don Lazzarin, fuimos detenidos por la policía que nos trató de mal modo y hasta desdeñoso hacia mi persona. Don Lazzarin, para justificarse dijo que teníamos prisa para llegar a Oradea, dónde nos esperaban los Cofrades y los chicos del oratorio. ¿Van de Don Luigi'? el policía interrumpió. 'Sí, somos sus Cofrades'. El policía cambió de tono y se echó a hablar benévolamente del oratorio, de los chicos. ¿Ven? - concluyó Mons. Hossu - la obra hecha por ustedes en el oratorio, para los chicos y para los jóvenes está haciendo amable y estimada a toda la Iglesia de Oradea."
Otro insigne Pastor de la Iglesia , el cardenal Paulo Evaristo Arns, arzobispo de San Paolo del Brasil, hace unos años indicó a nuestro Pequeño Cottolengo como destinatario de las ofertas de la "campaña de la fraternidad”organizada por la Conferencia Episcopal. Definió aquella gran obra de caridad “el abre puertas de la Iglesia católica en la ciudad". Quiso decir que la obra desarrollada por la Congregación hacia los necesitados, con graves discapacidades mentales y físicas, daba crédito y hacía vecina al pueblo la Iglesia católica y sus Pastores.
Siempre sobre esta línea, adquiere valor simbólico el primer contacto que el Card. Joseph Ratzinger tuvo con la Congregación orionina. Vino a celebrar la fiesta de Don Orione, el 12 de marzo de 1987, al Centro para huérfanos y discapacitados de Roma - Monte Mario. Desde allí, Ratzinger presentó el mensaje y el desafío de civilización contenidos en la instrucción "Donum vitae" sobre el respeto de la vida, por él firmado pocos días antes. Recuerdo bien aquella Misa, con el presbiterio rodeado de sillas de ruedas de discapacitados y de periodistas llegados para la ocasión. Yo me decía: He aquí, ésta es la obra de Don Orione, dar sustancia de caridad, credibilidad y amabilidad a la verdad anunciada por el Papa y los Pastores de la Iglesia.
" TIENE UNA OBRA SOLA DETERMINADA"
Nuestra Congregación es conocida como en el mundo una de las Congregaciones que desarrolla obras de caridad y en gran variedad. Pero no está allí todo. Corremos el riesgo de genericismo si no tenemos bien claro, nosotros religiosos, el concepto y nuestro dinamismo carismático justo. Ya Don Orione tuvo que afrontar el tema y a contestarle a un Obispo acerca de "la objeción, que se ha hecho y que será hecha quizás en el futuro contra el instituto, por su universalidad en el ejercicio de las obras de misericordia y una palabra incluso de su singularidad de todos los otros Institutos religiosos" . Después de haber dicho que ciertamente el instituto se propone "todas las obras de misericordia" pero no "indistintamente y todas juntas" , afirma claramente que el instituto "tiene una obra sola determinada" , y ésta es "la santificación de los miembros, con el esparcir en el pueblo cristiano un amor dulce al S. Padre. "
Todo es contemplado y organizado con este objetivo peculiar. El carisma orionino consiste en un conjunto dinámico de eclesialidad-papalinidad que debe realizarse a través de la caridad : "emplearse, con cada obra de misericordia, a esparcir y hacer crecer en el pueblo cristiano… un amor dulce al Vicario en la tierra de Nuestro Señor Jesucristo que es el Romano Pontífice. "
En tiempos recientes, se ha insistido mucho sobre el "binomio Papa - Pobres", viendo los dos "polos" del carisma orionino. Es una simplificación didáctica eficaz, que debe ser bien explicada, como por ejemplo hizo el VII Capítulo general (1975) de modo coherente con la historia y a la enseñanza de Don Orione. Merece la pena citar algunos pasos. En el n. 3a dice: "Los dos términos del binomio Papa-pobres no representan dos finalidades paralelas y extrínsecas una de la otra, sino que entre ellas existe una relación intrínseca . (…) En tal modo nosotros hacemos la apología de la Iglesia y el Papa, no con palabras o con escritos, sino con la caridad. El Papa no es sólo punto de partida, sino también punto de llegada de nuestro apostolado, en cuánto nuestro objetivo es "llevar a la Iglesia y al Papa el corazón de las humildes clases obreras" (Const 4)”.
El reciente Capítulo general nos ha dado particulares estímulos para la fidelidad creativa a nuestra vocación. Ha dado indicaciones y tomado decisiones para una más clara y concreta carismaticidad de nuestras obras apostólicas. Debemos todos preguntarnos como y cuánto la finalidad "papalino-eclesial" da forma y no sólo intención a nuestras instituciones asistenciales, educativas y parroquiales. ¿Las obras, tal como son organizadas y conducidas, son medios potentes ( "púlpitos", "faros" ), y simpáticos "para hacer experimentar a los hermanos la ternura del Providencia y la maternidad de la Iglesia "? ¿Qué unión expresan con la Iglesia local y como la favorecen? "En fuerza del carisma - nos recuerda el Capítulo general -, nuestras instituciones tienen que distinguirse por apertura y comunión eclesial. Vivan en sintonía con el pueblo de Dios y sean lo más posible expresión de la fe de la comunidad local. "
Participando en las Asambleas provinciales he percibido la conciencia y la voluntad de obrar una más decidida "reapropiación carismática" de nuestras obras, es decir de promover "la calidad carismática de las instituciones frente a los pesados condicionamientos de las normativas estatales y a la disminución numérica de los religiosos."
Recordando los 100 años de la aprobación canónica de la Congregación , en el 2003, Juan Pablo II nos ha exhortado: "Entonces como ahora, es fundamental para vuestra Obra cultivar esta íntima pasión por la Iglesia , para que puedan cooperar "modestamente, a los pies de la Sede Apostólica y los obispos, a renovar y unificar en Jesucristo, Señor nuestro del hombre y la sociedad, llevando a la Iglesia y al Papa el corazón de los niños más abandonados, de los pobres y de las clases obreras: ad omnia en Christo instauranda, ut fiat unum ovile et unus pastor" (Constituciones art. 5) " .
LA FIESTA DEL PAPA
En este contexto de amor al Papa, Don Orione concibió y divulgó la Fiesta del Papa que es incluso la fiesta de nuestra Congregación. La quiso casi como símbolo alegre de nuestro carisma, un modo para hacer sí que la gente ligada a nuestras obras fuera dirigida al Papa y al sentido de Iglesia. Para decir el sentido y la importancia de esta fiesta dejo la palabra a Don Orione.
"La fiesta de S. Pedro es la fiesta del Papa y, por esto, ascendió a fiesta de los católicos. Ella es precisamente nuestra Fiesta Patronal, Hijos de la Divina Providencia. Es la fiesta de la Congregación , que tiene por fin propio el consagrar todos sus afectos y sus fuerzas a unir, con un vínculo dulce y estrecho de toda la mente y el corazón, el pueblo cristiano de las clases más humildes y los hijos del pueblo al Beato Pedro y a su Sucesor el Papa. Queremos con la ayuda divina, devolver Cristo al pueblo y el pueblo al Vicario de Cristo. Nosotros, pues, mis queridos hijos, en nuestras Casas e iglesias tenemos que siempre rogar para el Papa, hablar del Papa, inocular amor y obediencia al Papa y celebrar, con el más grande fervor de piedad, con el más grande impulso de amor filial, la fiesta del Papa. Ella tiene que señalar para nosotros y para todos, de año en año, una renovada oleada de entusiasmo en el apego a la Fe de Pedro.
¡Cuánto los Hijos de la Divina Providencia tienen que propagarla, la Fiesta del Papa! Ella antes que fuera, diría, instituida - antes, es decir, que la fiesta de S. Pedro fuera transformada en fiesta del Papa -, ya fue dada a nuestra Congregación, cuál fiesta propia de la Congregación , para que consagrara el gran amor de la Congregación al Papa y a su objetivo principal.
Promover la fiesta del Papa, es promover y difundir el amor al Papa: es adherir a su doctrina, a sus deseos: es reconocer en el Papa la primacía de Pedro y sus sucesores: es venerar en el Papa al Padre de la Fe y las almas, el Pastor Supremo, el Pontífice Máximo, el Caudillo del ejército de Cristo: es celebrar y glorificar al Papa cual Cristo visible y publico sobre la tierra. "
En la reunión de los Consejos generales de los Hijos de la Divina Providencia , de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad , del Instituto Secular y del Movimiento Laical, en diciembre de 2004, a la luz del éxito de la Fiesta del Papa organizada con ocasión de la Canonización y del entusiasmo suscitado en todos, se ha pensado en relanzar Familia Orionina la Fiesta del Papa, tan querida y característica. En particular, se ha decidido hacer anual, en Roma, el 28-29 de junio, una manifestación "Fiesta del Papa” , que también sea una señal pública de nuestro amor al Papa y del empeño para llevar de este modo "muchos corazones alrededor del corazón del Papa."
Tal fiesta será organizada por los orioninos, pero no será sólo fiesta de los orioninos. Ella también implica además de la Familia Orionina otros organismos y grupos eclesiales. Pondremos en espectáculo elementos de vida y empeño en el campo de la paz, junto a artistas de fama internacional, testigos civiles y religiosos. La manifestación será seguida y difundida por varias cadenas televisivas para que el mensaje y el testimonio alcancen un vasto círculo internacional de público.
La "Fiesta del Papa” en Roma prevé dos principales momentos: al 28 de junio por la tarde, a las 17.30, un gran manifestación-espectáculo en la sala Pablo VI, difusión RAI, etcétera; el 29 de junio por la mañana, participación en la celebración en San Pedro. El tema de la fiesta de este año es "Muchos corazones alrededor del Papa, mensajero de paz" . Será la ocasión de encontrar al nuevo Papa Benedicto XVI para expresarle todo nuestro cariño y fidelidad de hijos.
Pero la Fiesta del Papa hay que celebrarla en todos los países y las ciudades donde hayan comunidades y obras orioninas . He tratado de entender como fue concebida y organizada esta fiesta por Don Orione. Algunas notas.
1. tiene al centro los afectos, homenajes y oraciones al Papa como persona.
2. en celebrar al Papa, se celebra la Iglesia y por lo tanto se pone al centro de la fiesta al Obispo de la diócesis o también el cura de la parroquia, en cuánto estoy en comunión y representan al Papa. Pues, en el organizar la Fiesta del Papa, si invitas el Obispo u otra Autoridad eclesiástica… a él sean dirigidos los homenajes que tienen por destinatario completo al Papa.
3. La Fiesta siempre comporta una celebración litúrgica bien cuidada en la que se convocan todos los que son objeto de nuestras cuidados y actividades.
4. en la Fiesta también debería haber algún elemento de espectáculo o una manifestación alegre que dé modo de presentar las "obras" y las "personas" de nuestras actividades de bien: son este el verdadero homenaje al Papa, nuestra "apología"; soy un modo para decirle a la gente: "he aquí, así la Iglesia les es cercana."
5. sobre todo es una fiesta que quiere implicar a la gente, más gente posible, para también agradecer en Dios y el Papa con motivo del poco de bien que reciben de nosotros y de nuestras obras realizadas en nombre del Papa y la Iglesia.
Sé que el amor y la fantasía no faltan. ¡Adelante! La Fiesta del Papa siempre se ha celebrado en Congregación pero no más con aquella viveza y popularidad de "fiesta patronal de la Congregación " como Don Orione la quiso. Quizás en algún lugar será conveniente elegir una fecha más conveniente y significativa. Lo que importa es que se celebre con renovado fervor como expresión de nuestro espíritu y nuestra actividad.
Qual modelo de amor ao Papa é típico de Dom Orione e do nosso carisma ?
Responder a essa pergunta significa colher a identidade própria do espírito e do apostolado da Congregação orionita. O amor ao Papa e a específica modalidade para viver-lo e exprimir-lo são o coração da fidelidade criativa da Família orionita ao seu carisma.
FIDELIDADE E OBEDIÊNCIA
“Vós sois meus amigos, se fizerdes o que eu vos mando” (Jo 15, 14), advertiu Jesus. A conformação da vontade é uma verdade imprescindível do amor. Nesse sentido, o amor ao Papa tem uma vasta gama de expressões que se concretizam em obediência, docilidade, fidelidade.
O amor ao Papa é obediência ao Magistério da Igreja e à sua disciplina canônica e litúrgica. É “ seguir sempre, em tudo e por tudo, os seus ensinamentos, não somente em matéria de fé e de moral, mas em cada coisa que ele, como Papa, ensina e ordena... também as suas advertências, conselhos e os seus desejos”. E depois ainda, “ Amamos a Igreja nas suas Congregações romanas, nos seus decretos, nos seus Bispos, nós a amamos em suas Cúrias , nos seus sacerdotes; nós a defendemos como defenderíamos nossa mãe ”.
Resumindo, existe uma grande área de amor que deve ser vivido de modo pessoal como obediência, docilidade, disciplina, unidade e fidelidade nas relações, que o artigo 47 das Constituições assim sintetiza: “[Com o quarto voto] nos comprometemos: ao reconhecimento pleno da sua autoridade hierárquica na Igreja universal; a uma adesão incondicionada ao seu magistério e ao seu programa; à mais completa disponibilidade com relação a qualquer determinação ao nosso respeito, para qualquer tipo de serviço e em qualquer parte do mundo, para realizar o carisma indicado no lema: «Instaurare omnia in Christo; ut fiat unum ovile et unus Pastor».
As Constituições nos indicam também outras direções prática, pastorais, de amor ao Papa: “1) fidelidade à Igreja cujo o centro de comunhão é o Papa; 2) estudo, aprofundamento e atuação do magistério ordinário; conhecimento e difusão dos documentos pontifícios e das Congregações romanas; 3) amor e adesão aos Bispos nas Igrejas locais; 4) cultivar a arte da comunhão no interior e no exterior da Igreja, transformando-nos em fermento de unidade; 5) assumir o compromisso missionário e ecumênico; 6) dedicarmos ao serviço preferencial pelos pobres, defendendo os seus direitos e interesses, em nome do Papa e em fidelidade a ele” (art. 48).
MEDIANTE AS OBRAS DE CARIDADE
Existe, porém, um aspecto apostólico, muito típico e carismático, para entender o amor ao Papa da parte de Dom Orione. Ele o ilustrou, por exemplo, no texto de preparação daquela que podemos definir a “Assembléia constituinte” da nascente Congregação, ocorrida em 1902 em San Remo. “Amar Jesus Cristo e torna-lo conhecido e amado com as nossas obras, amar a sua Santa Igreja Católica e fazer com que se conheça e se ame e sirva o Papa, Pai nosso santíssimo, Vigário de Cristo e Chefe da Igreja é a maior obra entre os homens que podemos fazer na face da terra para a glória do Senhor e é a finalidade do nosso pobre Instituto. Instaurare omnia in Christo: pela graça de Deus tudo restaurar na Caridade infinita de Jesus Cristo com a atuação do programa do Papa... Defendamos a cabeça da Igreja e salvaremos o corpo".
Nessas linhas programáticas encontramos mais uma vez o notável e inseparável vinculo que unifica no apostolado orionita Cristo – Igreja – Caridade. Dom Orione conjuga-os unidos em expressões sempre novas, originais e apaixonadas. Trata-se sempre da única dinâmica de espiritualidade e de apostolado que leva a Instaurare omnia in Christo! ... in Ecclesia! ... in Caritate!
O amor ao Papa se alimenta de uma tensão eclesial e cristocêntrica e é colocado em prática por meio da caridade. Num outro texto fundamental para compreender o carisma orionita – o “Plano e programa” de 1903 retomado depois no “Capítulo 1° das Constituições de 1936” – se diz claramente que o objetivo específico da Congregação é “ contribuir para reforçar, no interior da Santa Igreja, a unidade dos filhos com o Pai (ou seja o Papa) e, exteriormente, para reconstituir a unidade que foi quebrada com o Pai... e isso com o apostolado da caridade entre os pequenos e os pobres, mediante aquelas instituições e obras de misericórdia mais aptas" .
Numa outra ocasião, explicando o espírito e a impostação da nascente Congregação, Dom Orione se exprimiu com essas claras e felizes expressões. “ Obras de caridade são necessárias: elas são a melhor apologia da Fé Católica. É necessário que sobre cada um dos nossos passos nasça e floresça uma obra de fraternidade, de humanidade, de caridade puríssima e santíssima, digna de filhos da Igreja, nascida e jorrada do Coração de Jesus: obras de coração e de caridade cristã são necessárias. E todos acreditarão em vocês! A caridade abre os olhos para a Fé e aquece os corações com o amor a Deus" .
Então, que tipo de amor ao Papa? Aquele vivido mediante as obras de caridade para com os pequenos, os pobres, o povo. No “mediante” está a originalidade orionita.
HOJE EXISTE UMA GRANDE NECESSIDADE DESTE AMOR AO PAPA
Dom Orione considerava o Papa “ ponto cardeal da obra da Divina Providência no mundo ”, centro de coesão, de unidade. Hoje, talvez, poderíamos estar vivendo uma nova estação de reconhecimento da autoridade moral do Papa. Os acontecimentos de abril pareceriam uma confirmação disso.
Porém, não nos deixemos enganar pelo grande interesse e pela visibilidade na mídia. Tem muita coisa positiva, mas também não poucas ambigüidades. Por um lado se engrandece a figura do Papa como símbolo coletivo, imagem psicológica, personificação ética; por outro lado, o seu magistério doutrinal continua a ser fortemente combatido. Mesmo nos momentos mais fortes de emoção coletiva pela morte de João Paulo II (“o grande”, “santo já”) e pela eleição de Bento XVI, jornais e televisões continuaram a documentar com entrevistas e estatísticas os muitos “não” ditos ao Papa e à Igreja pelos jovens, pelos potentes da terra, e até mesmo por padres e cristãos que naqueles dias o exaltavam. No areópago da aldeia global ressoa ainda hoje o “ A respeito disto vamos ouvir-te uma outra vez” (At 17,32) dirigido ao Papa, São Paulo da vez, pouco antes aplaudido.
“ America love the singer, but not the song ” (os Estados Unidos ama o cantor, mas não a canção), intitulou um grande jornal no dia seguinte ao triunfo do Papa entre os jovens em Denver, para indicar a popularidade do Papa e ao mesmo tempo o distância dos jovens ao seu ensinamento.
Exatamente esse ponto desperta a orioninidade que existe em nós!
Dom Orione, muito sensível à missão da Igreja, durante todo o arco da sua vida, percebia o crescimento da distância entre a Igreja e o povo, entre religião e sociedade, entre devoção e costumes morais. As massas populares eram atraídas e seduzidas por outras ideologias e costumes distantes do Evangelho. Como “ eliminaremos o abismo que está crescendo entre Deus e o povo”, “como reconduzir o povo a Cristo, à Igreja” ?
Dessa inquietude apostólica amadureceu a inspiração do nosso Fundador. “ Nunca como em nosso tempo – escrevia no dia 13 de abril de 1920 – o povo esteve tão distante da Igreja e do Papa; e portanto é providencial que esse amor seja despertado com todos os meios possíveis para que retorne a vibrar nas almas o amor de Jesus Cristo. O exercício da caridade atingirá perfeitamente o seu objetivo que corresponde às necessidades do nosso tempo, que é exatamente reconduzir a sociedade a Deus reunificando-a ao Papa e à Igreja .
“ O exercício da caridade ” é o método, a via, a estratégia de Dom Orione e dos Orionitas para “ reconduzir a sociedade a Deus reunificando-a ao Papa e à Igreja”. Para colocar em prática essa estratégia alguns particulares requisitos são exigidos daqueles que a atuam: “ A Igreja e a sociedade precisam de almas grandes, que amem a Deus e o próximo sem medida, e que se consagrem como vítimas à caridade, que é ainda o meio que pode fazer retornar os homens à fé" .
Creio que todos nós, hoje, na Itália ou no Brasil, em Costa do Marfim ou nas Filipinas, sentimos a atualidade, a conveniência e o impulso dessas palavras de Dom Orione. Também na Oração própria da Missa de São Luís Orione pedimos: “ dai-nos exercer como ele, as obras de misericórdia, para que os nossos irmãos experimentem a ternura da vossa Providência e a maternidade da Igreja ”.
Caros Confrades, renovemos hoje a nossa adesão filial ao carisma de Dom Orione. O nosso amor ao Papa não é coisa de intelectuais (também) mas de “ carregadores da caridade”. Esse amor exige de nós o uso da palavra ou da escrita, mas sobretudo “ a apologia da caridade”. O nosso amor ao Papa não comporta particulares estratégias pastorais mas uma “ estratégia de caridade”.
Dom Orione foi um santo “ totalmente da Igreja e do Papa ” e popularmente é muito mais conhecido como o “ santo da caridade”, “o pai dos pobres, o benfeitor da humanidade sofredora e abandonada” (Pio XII). Que a nosso respeito, como indivíduos ou como Congregação, se fale, ao menos um pouco, que somos “papalinos” com as obras de caridade.
Recordo, sobre isso, um episódio. Alguns anos atrás, no tempo em que era conselheiro, visitei em Oradea, Romênia, o Bispo greco-católico da cidade, Basile Hossu, pessoa maravilhosa e boa. Ele contava os muitos sofrimentos e humilhações sofridas durante o período da dominação comunista, particularmente agressiva contra as comunidades cristãs greco-católicas. Depois se animou e começou a falar da obra dos Orionitas em Oradea: “ A atividade de vocês, o modo como vocês se apresentam para os jovens e para os pobres, criou no povo um novo conceito e uma nova postura no confronto com a Igreja. Recordo que um dia, viajando de carro com Pe. Lazzarin, fomos parados pela polícia que nos tratou de modo grosseiro e em relação a mim foram até depreciativos. Pe. Lazzarin, para explicar disse que tínhamos pressa de chegar a Oradea, porque os Confrades e os jovens do Oratório nos esperavam. ‘Vocês vão encontrar o Pe. Luís ?' interrompeu o policial. ‘Sim, somos seus Confrades'. O policial mudou imediatamente de tom e começou a falar de modo benévolo do Oratório, dos jovens. Viram? – concluiu Dom Hossu – a obra que vocês fazem no Oratório, para as crianças e os jovens, está fazendo com que toda a Igreja de Oradea seja amada e estimada".
Um outro insigne Pastor da Igreja, o cardeal Paulo Evaristo Arns, arcebispo de São Paulo, anos atrás indicou o nosso Pequeno Cotolengo como destinatário das ofertas da “campanha da fraternidade” organizada pela Conferência Episcopal. Definiu aquela grande obra de caridade “ o abre portas da Igreja católica na cidade”. Ele queria dizer que a obra desenvolvida pela Congregação para com os mais necessitados, com graves deficiências mentais e físicas, dava crédito e aproximava o povo da Igreja e dos seus Pastores.
Sempre nessa linha, adquire valor simbólico o primeiro contato que o Card. Joseph Ratzinger teve com a Congregação orionita. Veio para celebrar a festa de Dom Orione, no dia 12 de março de 1987, no Centro para órfãos e deficientes de Roma – Monte Mário. Ali, Ratzinger apresentou a mensagem e o desafio contidos na Instrução “ Donum vitae” sobre o respeito à vida, por ele assinada poucos dias antes. Recordo bem aquela Missa, com o presbitério rodeado de jovens de cadeiras de roda e com os jornalistas que vieram para a ocasião. Eu pensava: essa é a obra de Dom Orione, dar substância de caridade, credibilidade e amabilidade à verdade anunciada pelo Papa e pelos Pastores da Igreja.
“UMA ÚNICA OBRA DETERMINADA ”
A nossa Congregação é conhecida no mundo como uma das Congregações que desenvolvem obras de caridade e com uma grande variedade de atividade. Mas isso não é tudo. Corremos o risco de generalizar se, nós religiosos, não tivermos bem claro o conceito e o dinamismo carismático próprio. Mesmo Dom Orione teve que enfrentar a questão e responder a um Bispo sobre “ a objeção, que se fez e que será feita também no futuro contra o Instituto, pela sua universalidade no exercício das obras de misericórdia, e uma palavra também pela sua singularidade em relação a todos os outros Institutos religiosos”. Depois de dizer que com certeza o Instituto se propõe a praticar “ todas as obras de misericórdia” mas não “indistintamente e de uma só vez”, afirma claramente que o Instituto “ tem uma única obra determinada”, e essa é “ a santificação dos membros, com a divulgação no meio do povo cristão de um amor dulcíssimo ao Santo Padre ” .
Tudo é destinado e organizado para atender a esse objetivo peculiar. O carisma orionita consiste, portanto, num conjunto dinâmico de eclesialidade-papalinidade que deve ser concretizado mediante a caridade : “ empenhar-se, com todas as obras de misericórdia, a divulgar e a fazer crescer no povo cristão... um amor dulcíssimo ao Vigário na terra de Nosso Senhor Jesus Cristo que é o Romano Pontífice” .
Em tempos recentes, se insistiu muito no “binômio Papa – Pobres”, vendo nele os dois “pólos” do carisma orionita. É uma simplificação didática eficaz, desde que seja bem explicado, como fez por exemplo o VII Capítulo geral (1975) de modo fiel seja à história como ao ensinamento de Dom Orione. Vale a pena recordar alguns trechos. No número 3ª diz: “Os dois termos do binômio Papa-Pobres não representam duas finalidades paralelas e extrínsecas uma da outra, mas entre eles se intercala um relacionamento intrínseco. (...) Assim nós defendemos a Igreja e o Papa, não com palavras ou com os escritos, mas com a caridade. O Papa não é somente um ponto de partida, mas também o ponto de chegada do nosso apostolado, já que o nosso objetivo é “ levar à Igreja e ao Papa o coração das humildes classes operárias” (Const. 4)”.
O recente Capítulo geral estimulou todos nós a viver numa fidelidade criativa à nossa vocação. Deu indicações e tomou decisões para que fosse ainda mais clara e concreta a ação carismática das nossas obras apostólicas. Devemos todos, portanto, questionarmo-nos como e em que medida a finalidade “papalina-eclesial” dá forma, e não somente propaganda, às nossas instituições assistenciais, educativas e paroquiais. As nossas obras, como estão organizadas e como são conduzidas, são meios potentes (“ púlpitos ”, “ faróis ”) e eficazes “ para fazer experimentar aos irmãos a ternura da Providência e a maternidade da Igreja” ? Que vínculos exprimem com a Igreja local e como promovem tais vínculos? “Pelo nosso carisma – nos recorda o Capítulo geral -, as nossas instituições devem distinguir-se pela abertura e comunhão eclesial . Vivam em sintonia com o povo de Deus e sejam o mais possível, a expressão da fé de uma comunhão local”.
Participando das Assembléias provinciais percebi a consciência e a vontade de colocar em prática uma mais decidida “re-apropriação carismática” das nossas obras, ou seja de promover “a qualidade carismática das instituições perante os pesados condicionamentos das normativas estatais e a diminuição numérica dos religiosos ”.
Recordando os 100 anos da aprovação canônica da Congregação, em 2003, João Paulo II nos exortou: “ Tanto nessa época como agora, é fundamental que a vossa Obra cultive esta paixão íntima pela Igreja, a fim de poderdes ´cooperar modestamente, em obediência à Sé Apostólica e aos Bispos, para a renovação e a unificação do homem e da sociedade em nosso Senhor Jesus Cristo, levando à Igreja e ao Papa o coração das crianças abandonadas, dos pobres e das classes operárias: ad omnia in Christo instauranda, ut fiat unum ovile et unus pastor" ( Constituições, art. 5).
Nesse contexto de amor ao Papa, Dom Orione concebeu e divulgou a Festa do Papa que é também a festa da nossa Congregação. Ele a quis quase como símbolo festivo do nosso carisma, uma maneira para fazer com que o povo ligado às nossas obras fosse endereçado ao Papa e ao sentido de ser Igreja. Para dizer qual o sentido e a importância desta festa deixo a palavra a Dom Orione .
“A festa de São Pedro é a festa do Papa e, por isso, se elevou a festa dos católicos. Ela é exatamente a nossa Festa Patronal, ou Filhos da Divina Providência. É a festa da Congregação, que tem por fim próprio consagrar todos os seus afetos e as suas forças para unir, com um vínculo dulcíssimo e muito estreito, com a mente e o coração, o povo cristão das classes mais humildes e os filhos do povo ao Bem-aventurado Pedro e ao seu Sucessor o Papa. Queremos com divina ajuda, dar novamente Cristo ao povo e o povo ao Vigário de Cristo. Nós, então, meus caros filhos, em nossas casas e igrejas devemos sempre rezar pelo Papa, falar do Papa,injetar amor e obediência ao Papa e celebrar, com o mais grande fervor de piedade, com o maior impulso de amor filial, a festa do Papa. Ela deve significar para nós e para todos, de ano em ano, uma renovada ondada de entusiasmo na adesão à Fé de Pedro.
Quanto os Filhos da Divina Providencia devem propagar a Festa do Papa! Essa festa, antes ainda que fosse, direi, instituída – ou seja, antes que a festa de São Pedro fosse transformada em festa do Papa -, já era concedida à nossa Congregação, como festa própria da Congregação, para que consagrasse o grande amor da Congregação ao Papa como o seu fim principal.
Promover a festa do Papa, é promover e difundir o amor ao Papa: é aderir à sua doutrina, à sua vontade: é reconhecer no Papa o primado de Pedro e dos seus sucessores: é venerar no Papa o Pai da Fé e das almas, o Pastor Supremo, o Pontífice Máximo, o Comandante do exército de Cristo: é celebrar e glorificar o Papa como Cristo visível e público sobre a terra”.
Na reunião dos Conselhos gerais dos Filhos da Divina Providência, das Pequenas Irmãs Missionárias da Caridade, do Instituto Secular e do Movimento Laical, em dezembro de 2004, à luz do bom êxito da Festa do Papa organizada por ocasião da Canonização e do entusiasmo suscitado em todos, se pensou de relançar na Família Orionita a Festa do Papa, tão querida e característica. Em particular, decidiu-se tornar anual, em Roma, nos dias 28 e 29 de junho, uma manifestação “ Festa do Papa ”, que seja também um sinal público do nosso amor ao Papa e do compromisso de colocar deste modo “tantos corações em volta do Papa ”.
Tal festa será organizada pelos Orionitas, mas não será uma festa só dos Orionitas. Ela envolve além da Família Orionita também outros organismos e grupos eclesiais. No espetáculo colocaremos elementos da vida e do empenho no campo da paz, juntamente com artistas de fama internacional, testemunhos civis e religiosos. A manifestação será registrada e difundida por vários canais de televisão para que a mensagem e o testemunho atinja um vasto leque internacional de público.
A “Festa do Papa” em Roma prevê dois momentos principais: na tarde de 28 de junho, às 17:30 horas, uma grande manifestação-espetáculo (sala Paulo VI, difusão RAI, etc.); no dia 29 de junho de manhã, participação à celebração na Praça São Pedro. O tema da festa deste ano é “ Tantos corações em volta do Papa, mensageiro de paz”. Será uma ocasião para encontrar o novo Papa Bento XVI para exprimir a ele todo o nosso afeto e fidelidade de filhos.
Mas a Festa do Papa deve ser celebrada em todos os países e cidades onde existem comunidades e obras orionitas. Procurei entender como era concebida e organizada essa festa por Dom Orione. Eis algumas anotações.
• Tem um centro de afeto, de homenagem e de orações na pessoa do Papa.
• Ao celebrar o Papa, celebra-se a Igreja e então se coloca no centro da festa o Bispo da diocese ou somente o pároco da paróquia, enquanto estão em comunhão e representam o Papa. Portanto, na organização da Festa do Papa, se convide o Bispo ou outra Autoridade eclesiástica... a ele sejam dirigidas as homenagens que têm por destinatário último o Papa.
• A Festa implica sempre uma celebração litúrgica bem preparada e da qual devem participar todos aqueles que estão sob os nossos cuidados.
• A Festa deveria ter também algum elemento de espetáculo ou uma manifestação festiva que seja ocasião para apresentar as “obras” e as “pessoas” das nossas atividades: são elas a verdadeira homenagem ao Papa, a nossa “apologia”; são um modo para dizer ao povo: “Vejam, desse modo a Igreja é próxima de vocês ”.
• Sobretudo é uma festa que deve envolver o povo, quanto mais gente melhor, agradecendo ao Senhor e ao Papa por aquele pouco de bem que recebem de nós e das nossas obras que são organizadas em nome do Papa e da Igreja.